Llegar lejos en el mundo del fútbol no es algo precisamente sencillo. Son muchos los chicos que sueñan con jugar en los mejores equipos del planeta, ganar los títulos más importantes y de paso, hacerse millonarios. Porque los deportistas de hoy en día, y en especial los futbolistas, son capaces de generar unos ingresos increíbles siempre que sepan encauzar sus carreras. Hablamos de contratos millonarios que pueden dejar una auténtica fortuna en sus cuentas corrientes. Claro que cuando estás acostumbrado a esa vida desde que eres prácticamente un adolescente y solo sabes gastar, el dinero puede esfumarse enseguida. No son muchos los futbolistas profesionales que han conseguido mantener una vida estable después de retirarse. Hay que pensar que pasan en apenas unos años de ganar muchísimo dinero a no tener ingresos fijos. Algunos tratan de seguir vinculados al fútbol como técnicos y entrenadores. Otros prefieren tener negocios fuera del deporte, como en el caso de Gerard Piqué, dueño de la Kings League.

Tener buena cabeza y una mentalidad equilibrada es uno de los puntos más importantes para llegar a ser una estrella. Sorprendentemente, también se han dado caso de jugadores profesionales de mucho talento que han logrado llegar ahí sin ser precisamente cabales. Muchos afirman que los genios, al fin y al cabo, también tienen ese punto de locura que les hace especiales. Pero si no sabemos canalizar esa parte de nosotros mismos, todo el esfuerzo que hayamos realizado servirá de poco. Hay futbolistas díscolos, que han tenido problemas de actitud y peleas con sus compañeros y sus entrenadores. Jugadores que han logrado destacar por sus goles y sus intervenciones en el campo, pero que se han ganado la fama de “problemáticos”. A pesar de ser grandísimos futbolistas, sus carreras se han visto mermadas por culpa de esos comportamientos. Uno de ellos es el italiano Mario Balotelli, un joven delantero que despuntó por su olfato goleador y su carisma, pero que tuvo que enfrentarse también a su propia forma de ser. Y es que Balotelli, hijo de inmigrantes y con una infancia bastante duro, forjó una personalidad muy fuerte que, según el mismo reconoce, le ha alejado de ser Balón de Oro.

Un jugador extraordinario

La historia De “SuperMario” comienza en 1990 en Palermo, Italia. Allí, sus padres habían emigrado desde Ghana en busca de unas mejores oportunidades de vida. El pequeño Mario tuvo que hacer frente a distintas operaciones estomacales siendo tan solo un bebé, pero logró salir de ellas con buena salud. Con apenas tres años fue dado en adopción por sus padres, y creció con una familia italiana. Destacó pronto en el deporte y se convirtió en uno de los mejores futbolistas juveniles de Italia. A pesar del interés de muchísimos clubes europeos en contratarle, Mario prefirió quedarse en su país para fichar por el Inter de Milán. Con apenas 17 años debutó profesionalmente con el equipo neroazurro, marcando dos goles en Copa ante el Reggina. Había nacido una leyenda.

Sus éxitos en el terreno de juego

Su velocidad, su regate, su instinto goleador y su carisma llevaron a destacar muy pronto a Mario Balotelli. En el año 2010 fue contratado por el Manchester City, tras llevar a cabo dos impresionantes campañas en el Inter. Allí, en Inglaterra, Mario sufrió por primera vez la ausencia de su familia y su entorno, y él mismo reconoció que le costó bastante hacerse a ese nuevo ambiente. Estuvo tres años en el club de Manchester, participando activamente en cada temporada con goles y asistencias. En 2012 sorprendió a todos al fichar por el A.C. Milán, el rival eterno de su primer equipo. Tampoco aquello fue fácil para Mario, ya que tenía que enfrentarse a la ira de los aficionados. Su rendimiento en el campo era bueno, pero sus polémicas ya empezaban a empañar su carrera deportiva.

Balotelli formó parte del equipo italiano en la Eurocopa de 2012 y también en el Mundial de Brasil en 2014, donde Italia no pasó de la fase de grupos. Con apenas 24 años, los escándalos del delantero ya empezaban a pesar más que su propio rendimiento en el terreno de juego, y aunque todavía no lo sabía, había tocado techo. Volvió a Inglaterra para jugar una temporada en el Liverpool, pero pasó bastante desapercibido. Tras cerrar una última campaña en Milán fichó por el Niza, y estuvo años jugando en Francia a buen nivel, también en el Marsella. De ahí volvió a Italia para jugar en el Brescia y el Monza, equipos ya de nivel bajo. Su último club es el FC Sion de la Liga Suiza, donde está volviendo a reencontrarse con el gol.

Porno, mujeres y polémicas

Mario Balotelli ha demostrado poseer un gran talento en el terreno de juego, pero su nombre ha aparecido más veces en la prensa por sus disputas y polémicas que por sus goles. Esto, para un jugador de su calidad, es una verdadera pena. No le falta de nada para ser uno de los mejores del mundo… salvo un poco de actitud profesional. Mientras otros futbolistas como Cristiano Ronaldo han conseguido encauzar esa desmedida ambición y poner su ego al servicio de su juego, Balotelli parecía incapaz de frenarse. Sus continuas peleas con compañeros de equipo y técnicos le alejaban de su mejor nivel. Por las noches, Mario solía salir de fiesta, gastarse mucho dinero jugando al poker o invitando a copas, y disfrutando también de las chicas.

El propio jugador reconoció que solo había una cosa que le gustara más que el fútbol: las mujeres. A lo largo de su trayectoria, Balotelli mantuvo diferentes romances con modelos, actrices, cantantes y celebridades. Las infidelidades también han formado parte de su currículum en numerosas ocasiones, e incluso estuvo relacionado con una actriz porno alemana que le dejó en evidencia. Después de negar su contacto, la pornstar y modelo erótica Katja Krasavice publicó imágenes de sus conversaciones en Instagram, provocando la ruptura del astro italiano con su pareja. La fama de mujeriego ha perseguido a Balotelli casi desde sus inicios en el fútbol, y lo cierto es que él tampoco ha hecho demasiado por ocultarlo. Aun así, niega que ese gusto por el sexo y las mujeres haya definido para mal su carrera como futbolista.

Una carrera fulgurante y truncada

En el año 2010, cuando ya llevaba un tiempo despuntando en el Inter de Milán, el joven Mario Balotelli consiguió uno de los más prestigiosos galardones que un chico de su edad puede obtener. Se trataba del Golden Boy, un título parecido al Balón de Oro para jugadores menores de 21 años. Mitos como Leo Messi, Cesc Fábregas o Kylian Mbappé han sido galardonados con este premio en sus distintas ediciones. Todos ellos auténticas estrellas que han firmado su nombre en letras de oro en la historia del fútbol. Balotelli, sin embargo, ha visto como su carrera no ha llegado a un punto más álgido por culpa de sus continuas polémicas. Aun así puede presumir de haber ganado una Champions, varias ligas en Italia e Inglaterra… y sobre todo, muchísima fama entre los aficionados.